Hank Williams, La segunda generacion
Si Jimmie Rodgers puso las bases, Hiram Hank Williams, nacido en el 23 en Georgiana, Alabama, y fallecido tan sólo treinta años más tarde en accidente de circulación, fue quien dio el impulso definitivo a esta música y logró que lo que en tiempos de Rodgers se consideró hazaña individual pudiera ser práctica colectiva en su época. Su vida tiene poco de ejemplar y desde muy pequeño aprendió música en la calle y trampas en tugurios donde trabajó de aprendiz. Prodigioso creador y adaptador de aires populares, ya en el 46 estaba grabando en un pequeño sello country y lograba un puesto estable en el Louisiana Hayride, otro programa de radio con show incorporado que se celebraba en Shreveport y que nunca tuvo el prestigio del Opry, pero que era más liberal a la hora de admitir a sus músicos. Allí realizó Elvis sus primeros conciertos transmitidos por radio cuando nadie dudaba de que lo que hacía ya no era country.
También tomó parte en algunas ediciones del Opry, pero en sus primeros tiempos el tipo de letras y temas que tocaba chocó contra las costumbres del programa de Nashville y debió buscar otras vías de expresión. Cayó en manos de un productor, Fred Rose, que también poseía una importante editorial musical y logró que la mayor parte de los temas de Williams, que el propio Rose firmaba como coautor, fueran éxitos en otras voces, porque se apresuraba a enviarlas a los directores artísticos de las compañías. Baste esta breve relación: 'Jambalaya' en la voz de Jo Stafford, 'Your cheatin' heart' en la de Frankie Laine, 'Cold cold heart' fue número uno para Tony Bennett y 'Hey good lookin’' triunfó en las versiones de Jo Stafford y Frankie Laine.
Hank Williams, al que muchos consideran el precursor de los ídolos de la era rock, tenía gran predicamento entre las mujeres y fue de los primeros en arrastrar tras de sí clubs de fans. Vividor, arrogante, alcohólico, adicto a los tranquilizantes, pues tenía una dolencia de columna vertebral mal curada desde la infancia, quemó su vida casi tan deprisa como Jimmie Rodgers y murió con tres años menos de edad. Dejó firmadas más de ciento veinte canciones y se casó dos veces. Su primera esposa, Audrey, no resistió el fracaso a sus sucesivos intentos de convertirse, ella también, en estrella musical, pese a que grabó dúos con Hank. La segunda, Billie Jean Jones, tuvo mala suerte en la vida, porque, tras enviudar de Hank, se casó con Johnny Horton, que moriría pocos años más tarde, también en plena juventud. Los últimos años de Williams fueron duros. Le echaron del Opry, intentó reengancharse al Hayride, sin éxito, y acabó rechazado por todos. Cuando murió, su hijo Hank Williams Jr. tenía tan sólo cuatro años, pero a los doce cantaba ya con su madre Audrey por ferias y festivales y a los quince tuvo su primer éxito propio. Los avances de la técnica de grabación de los años setenta consiguieron unir en un mismo disco las voces de padre e hijo en una edición histórica que, sin embargo, no logró buenas ventas. En la relación de artistas más vendedores en la historia country, el hijo está muy por delante del padre, aunque su influencia en la música fuera mucho menor. No obstante, hay que tener presente que las cifras de ventas de discos en la década de los setenta son muy superiores a las de los años en que se desarrolló la carrera del padre.