DESCRIPCION
Cuando Fito Cabrales, vocalista de Platero y Tú, decidió casi convencido por los amigos que le acompañaban en las cantinelas tabernarias donde nacieron estas canciones, editar 'A Puerta Cerrada' como su primer álbum en solitario, nadie podía imaginar que el desarrollo de los discos y del tiempo le llevaría a convertirse en un héroe de popularidad que superaría el reconocimiento que tenía con Platero y Tú, que en aquel momento llegaba a su máxima expresión. Este disco, visto con perspectiva, suena a ingenuidad musical, a romántico sonido de suelo de madera y la calidez acústica que jamás volvió. Es cierto que la última gira de Fito y Fitipaldis pretendía eso, en cierta medida, pero la magia de este disco es irrepetible. Por la incertidumbre y por la timidez con la que nació el proyecto. Formado entonces por Fito a la voz y guitarra, Txus Alday a las guitarras, Miguel Colino (bajista de Extremoduro) al bajo, Polako (su manager durante muchos años e importante directivo de Last Tour International, la empresa que organiza el En Vivo Festival, lleva a Extremoduro, etc, etc, etc) a la batería y Arturo a la percusión y los coros.
Entre el abanico de colaboradores, por supuesto, los dos grandes compañeros por entonces: Robe Iniesta e Iñaki ‘Uoho’ Antón. Pero también José Alberto Bátiz y Javier Alzola, guitarra y saxofón, que pasarían a ser Fitipaldis fijos desde la gira de presentación, y Mario Larrañaga, piano, Fermín Goñi, trompeta y Garicoitz Badiola, helicón. Para completar el trabajo en familia, el diseño y la impresión corría a cargo de la empresa Mongui Paint & Company, de propiedad de Juantxu ‘Mongol’, bajista de Platero y Tú. El disco tiene dos temáticas muy marcadas: el amor con (o por) el alcohol y una ligera crítica social. Entre las primeras incluimos la apertura, ‘Rojitas Las Orejas’ (que incluso tiene referencia alcohólica con aquello de 'tú la cerveza y yo la espuma'), que se interpreta con una calidez acústica que preside todo el disco, con unos ligeros toques de piano y que posteriormente se reinterpretaría con versos de Manolo Chinato en aquel Extrechinato y Tú, fin de Platero y Tú y germen de lo que sería la transformación de Extremoduro.