Nacido el 11 de Septiembre de 1948 en New Malden, Surrey, Inglaterra Fallecido el 29 de Enero de 2009 en Irlanda ESTILOS: British Folk, British Folk-Rock, Singer/Songwriter, Progressive Folk
BIOGRAFIA
Tocando la misma guitarra desde hace mas de veinticinco años, el escocés John Martyn (nacido en Glasgow en 1948) es un músico difícil de clasificar. No pertenece al folk, en el que dio sus primeros pasos a finales de los años sesenta, ni tampoco al blues, del que posee los característicos timbres vocales, y ni siquiera al funky, al reggae o al rock, géneros que ha practicado a lo largo de los años. John Martyn aprendió los secretos de la guitarra folk en Escocia, de la mano del cantante folk Hamish Imlach. A los diecisiete años se trasladó a Londres, donde empezó a frecuentar los clubes folk, obteniendo cada vez un mayor éxito. Su personal forma de interpretar los temas tradicionales y sus canciones originales atrajeron la atención de la compañía Island. John obtuvo un contrato discográfico y en 1967 apareció su primer álbum, 'London conversation'. Contiene doce temas acústicos interpretados sólo por guitarra y voz: nueve canciones están compuestas por Martyn y son baladas en perfecto estilo folk; 'Cocain' es un country-blues tradicional con arreglos propios y 'Don't think twice it's allright', de Bob Dylan, es el testimonio de Martyn de querer permanecer en el lado "progresista" del folk.
Al año siguente apareció 'The tumbler': el folk tradicional parecía estar superado. Gracias a la colaboración del flautista Harold McNeir, John se acerca todavía más al blues y tiñe sus arreglos de jazz. Su voz, personalísima voz, lo acercaba al estilo de Nick Drake, Shawn Phillips y Tim Buckley. Paso a paso, los arreglos de sus canciones adquirían nuevas tonalidades. 'Stormbringer' y 'The road to ruin', ambos de 1970, son álbumes de transición, con la participación de la mujer de Martyn, Beverly. Pero a partir de 'Bless the weather' (1971) el genio compositivo e interpretativo del escocés se hizo más patente. Junto a un núcleo de jazzistas ingleses guiado por el bajista Danny Thompson (ex Pentagle), John crea grandes temas en los que su sugerente y sensual voz guía la música hacia territorios muy alejados de las estructuras folk. 'Solid all' (1973) es otra obra maestra, que se mueve en la misma línea del precedente, acentuando aún más la tendencia hacia un jazz-rock casi "psicodélico", como demuestran la versión de 'l'd rather be a devil', de Skip James, y la intensidad de 'The man at the station'.
'Inside out', también de 1973, está lleno de hallazgos sonoros y de baladas emocionantes, como 'Fine lines', y anticipa un cambio de dirección que, sin embargo, se aplazó hasta después de la publicación en 1974 de 'Sunday child'. En esta época Martyn entró en una etapa de crisis creativa. Sus problemas con el alcohol y las drogas se agravaron y el cantante dejó pasar tres años, publicando sólo un álbum en directo, 'Live at Leeds' (1975). En 1977, finalmente, apareció el álbum del cambio de dirección. El disco, titulado 'One world', está producido por Phil Collins con arreglos entre el reggae, la electrónica y el funky, y las evocadoras atmósferas se vuelven más densas. Tras tres años más de silencio, en 1980 apareció una nueva obra maestra: 'Grace and danger'. La síntesis entre blues, jazz, reggae y rock volvía a estar soberbiamente producida por Phil Collins. 'Johnny too bad', gracias a la pasión vocal de Martyn, se convirtió en un clásico y llevó al álbum a la cima de las listas de éxitos, hecho claramente inusual para un artista como Martyn. El éxito empujó al cantante a la conquista del mercado americano.
En 1981 firmó un nuevo contrato con WEA y grabó 'Glorious fool', en el que las guitarras eléctricas y los instrumentos eléctricos incrementan su protagonismo. 'Well kept secret' (1982) marcó la ruptura del contrato con WEA. Sumido en problemas legales y en una nueva crisis creativa, John Martyn publicó en 1983, para la compañía autogestionada Body Swerve, el álbum en directo 'Philentropy'. En 1984 aterrizó en Island y grabó en Nassau el álbum 'Sapphire', disco de nivel superior a los dos álbumes con WEA, pero que no alcanza la emoción de algunos de sus discos de los años setenta. 'Piece by piece' (1986) resulta aun más indeciso sobre el camino a tomar: al lado de una 'Angeline' para voz y sintetizador y de una dulce balada como 'Lonely love', están presentes largas interpretaciones eléctricas como 'John Wayne' o temas funky-rock como 'Nightline'. El álbum en directo de 1987 'Foundations', restituía tensiones emotivas a algunos temas que grabados en estudio parecían fríos y demasiado calculados. Por lo demás, como sigue demostrando en sus actuaciones, la dimensión perfecta para apreciar a John Martyn es la del directo.