A finales de 1988, la situación económica y social estaba en caída libre y el 14 de Diciembre unos 8 millones de personas secundaban una huelga general convocada por los sindicatos contra el gobierno de González. Eran momentos de cambio. Sólo unos dias más tarde, el 16 y 17 de Diciembre, Jose Maria Sanz, junto a los Trogloditas (Josep Simón, Jordi Vila, Ricardo Puigdoménech, Xavi Tacker, Sergio Fecé y Javier Villavechia) dieron los dos conciertos más explosivos de su carrera en la sala Zeleste de Barcelona. Loquillo era ya una estrella y junto con Sabino Méndez formaban una dupla imparable. Sus letras estaban llenas de carisma y atractivo e incluían denuncias sociales, militares y en contra de lo establecido. Pero todo tiene su precio y Sabino Méndez lo pagó con su adicción a las drogas. Abandonó a Loquillo y éste decidió grabar un directo para mostrar al mundo de lo que eran capaces.
El disco se publicó en Abril de 1989 y la portada reflejaba a unos Trogloditas rebeldes y a un Loquillo atrapado en su smoking. En el interior hay fotografías en blanco y negro que dan testimonio de cómo se las gastaban en aquella época: salvajes, poderosos y llenos de rabia contra un estado que parecía querer dejar de lado al Rock&Roll ante la llegada del techno y el dance.