Desgraciadamente, las ventas fueron desastrosas, y Epic liquidó al grupo después de publicar 'Having a Party' (1979), una selección de las mejores canciones más un tema inédito. Ese mismo año The Asbury Jukes firmaron con Mercury y grabaron 'The Jukes', un disco que se aleja netamente del estilo anterior: no incluye temas de los dos E Streeters y se apoya en la sección de viento. La entrada de Steve Becker (batería) y de Joel Gramolini (guitarra rítmica) creó un sonido más duro, empujando a la banda hacia lo alto de las listas. Le siguieron 'Love is sacrifice' (1980) y el decepcionante doble en directo 'Reach up and touch the sky' (1981). El grupo perdió el apoyo de los críticos; la energía rhythm and blues parecía haberse esfumado. Pero la banda, aún hoy, sigue realizando giras: 'No me preguntes por qué es tan importante y necesario. Después de quice años aún no lo sé', declara Southside Johnny. Desengañado del trato de las discográficas, Southside editó varios discos en los años 80, sin la repercusión de los anteriores y con diferentes compañías discográficas cada uno. En 1991 reaparece con otra obra magistral de R&B y R&R: 'Better Days', donde de nuevo toma las riendas Little Steven y Springsteen colabora con 'All the Way Home'.
Southside ha recuperado las riendas de su carrera y tras ocho años de silencio vuelve ahora con 'Messin’ with the Blues', espléndido disco donde los Asbury Jukes hacen lo mejor que saben... tocar música de primera. La banda nunca ha dejado de dar sus shows legendarios durante estos años. “Pasé una mala temporada y no quería volver a grabar nunca mas”, recuerda Southside. Durante este periodo de silencio Southside hizo algo impensable para un músico de la costa de New Jersey: trasladarse a Nashville. Aconsejado por su colega, y bajista de la E Street Band, Garry Tallent (también residente en Nashville), Johnny se trasladó a la capital de la música americana. “Me encanta New Jersey, pero a veces necesitas alejarte de lo que conoces para abrirte más; y, de todos modos, mi casa es la carretera”. Durante años Johnny ocupó su tiempo entre giras trabajando en la inmensa colección de discos que comparte con Tallent. “Tenemos unos 4800 singles, miles de discos a 78 rpm y multitud de álbums”, afirma Johnny. Se pasó días y semanas enteras rebuscando en tiendas de antigüedades, de segunda mano y subastas por todo el país buscando discos para la colección; y también tratando de encontrar el camino para volver al estudio a grabar de nuevo.
Finalmente, en 1999, estaba preparado para el regreso. Tallent estaría a cargo de la producción y tocaría el bajo; Johnny escribiría los temas y haría los arreglos, y se pondrían manos a la obra. Pero como es natural, algo se interpuso de nuevo en el camino. Tallent fue llamado por Bruce para su gira mundial 1999-2000. Como Southside indica bromeando, “creo que Bruce tenía miedo de la competencia”. Por suerte, ha merecido la pena esperar 'Messin’ with the blues'. Con energías renovadas, Johnny recuperó a los antiguos Jukes, a los nuevos Jukes y a sus mejores colegas de New Jersey y Nashville; a continuación buscó temas clásicos en su enorme colección de discos, escribió algunos temas él mismo y... voila! El título del disco está extraido del tema de Memphis Slim "Messing Around with the Blues”, una de las canciones favoritas de Southside que éste solía cantar caminando por la costa de New Jersey. Los restantes 11 temas se dividen entre originales de Southside y versiones como “Gin Soaked Boy” de Tom Waits. La grabación de este disco para su propio sello Leroy Records supuso el regreso a la antigua fórmula de grabar por el simple placer de hacerlo. “Fuimos muy profesionales, pero a la vez divirtiéndonos un montón. No teníamos que dar cuentas a nadie. Eres libre de hacer lo que quieres y como quieres. No pretendíamos hacerlo todo perfecto, sólo queríamos tocar”.
Los fans de toda la vida de la voz humeante y soul de Southside, así como los nuevos conversos, se alegrarán de que se mantenga fiel a sus raíces. 'La gente me conoce, porque saben que hago las cosas a mi manera, y no estoy intentando convencerles con ningún mensaje profundo ni haciéndoles creer que soy un sex symbol. Nos encanta tocar, y la gente se lo pasa en grande. Lo que me encanta de la música es que es una emoción real compartida'. Esa es la magia capturada en 'Messin’ with the Blues'. Con el nostálgico sonido de la aguja del tocadiscos abriéndose paso entre los surcos, los Asbury Jukes han vuelto, haciendo lo que mejor saben; evocando el ambiente funky, nocturno y sucio de cualquier garito, donde el público sudoroso baila sobre las mesas, y la banda arrasa sin piedad hasta el amanecer.