Nacido el 29 de Marzo de 1943 en Volos, Grecia Fallecido el 17 de Mayo de 2022 en Paris, Francia ESTILOS: Film Music, Neo-Classical, Original Score, Progressive Electronic, Soundtracks, Experimental Electronic, Film Score, Ambient MIEMBRO DE: Aphrodite's Child, Jon & Vangelis, Forminx
BIOGRAFIA
En los tocadiscos de media Europa aún no se había desvanecido del todo el eco de los éxitos 'Rain and tears' y 'It's five o'clock' cuando los tres componentes del grupo que los habían llevado a la fama en 1968, Aphrodite's Child, habían decidido separar sus destinos. Por otra parte, el trabajo discográfico que los había visto unidos por última vez, '666' (Vértigo), denotaba claramente la superioridad intelectual y musical de Evanghelo O. Papathanassiou, cuyo nombre artístico es Vangelis. Un teclado le bastaba para dar forma a su inspiración. En su música hay mucho de la Grecia en la que nació en 1942: la fascinación por el mito, la belleza de la naturaleza, el rumor de las olas, el esplendor de las arquitecturas antiguas. Sin embargo, el desordenado París se convirtió en su escenario ideal: en los años setenta, de su efervescente clima cultural y social, supo extraer la dulzura de las imágenes producidas por el director televisivo francés Frederic Rossif.
De su colaboración nace una serie de cortometrajes, en cuyo seno la música revestía asuntos de una importancia fundamental: la vida, la reivindicación, el sufrimiento y la muerte de los animales ('La fete sauvage' y 'Opera sauvage'), o bien el itinerario artístico de grandes pintores como Picasso, George Mathieu y Georges Braque. 'L'Apocalypse des animaux', publicado en disco por Polydor (1973), contiene imágenes de la amenazante destrucción ecológica, señal de gran peligro para toda la humanidad; el lento fluir de las notas sugiere una tristeza infinita, una salvaje melancolía profética. Cuando el trabajo exclusivo con la instrumentación no le pareció del todo satisfactorio, Vangelis decidió a mediados de los setenta, trasladarse a Londres, donde dio vida a un estudio de grabación enteramente forjado para dar rienda suelta a su imaginación. Un verdadero laboratorio de experimentación, en el que los sonidos, las notas, las modulaciones y variaciones eran catalogadas, acopladas y mezcladas según los esquemas de un duro e inexorable trabajo de artesano.
Pudo garantizarse así una total independencia creativa, que le permitió los más audaces experimentos instrumentales. De ese santuario tecnológico brotaron los hechizos sonoros que formaron 'Heaven and Hell', 'Albedo 0.39', 'Spiral', 'Beaubourg', y sobre todo 'China', el más innovador. En este disco Vangelis empezó a explorar los territorios pertenecientes a etnias lejanas; quizás el amor hacia su lejana patria, sorda y ajena, le impulsó a viajar a tierras cada vez más inalcanzables. El Extremo Oriente hizo surgir en él una imaginación sonora que parecía casi un pretexto para explorar leyendas, narraciones jamás contadas y mundos mágicos. Pero al final fueron las tradiciones musicales, aparentemente misteriosas y jamás desveladas, de una China nueva las que lo atrajeron enormemente, ansioso por enfrentar el pasado con el futuro, lo contaminado con lo inviolable, en busca de una síntesis eléctrica, inquieta y atrevida. No fue una casualidad la realización, por otra parte inesperada, del álbum 'Odes' (1978), en el cual, al lado de la gran actriz Irene Papas, recoge canciones populares griegas y bizantinas.
Un año más tarde, Vangelis decidió continuar su investigación acompañado por Jon Anderson, cantante de Yes, sin duda la voz más etérea y asexuada jamás oída en el panorama rock: un contrapunto a la manipulación electrónica. Su asociación ha dejado tres discos, editados por Polydor, 'Short stories', 'The friends of Mr. Cairo' y 'Private collection'. En ellos aparecen intrigantes mezclas de elementos eléctricos y acústicos y no es suficiente la rígida subdivisión entre parte sonora y parte lírica para impedir la integración de una multitud de sugerencias procedentes del rock inglés, mezcladas con atmósferas más delirantes. Esta línea se mantiene en 'See you later' (Polydor, 1980), álbum pensado para hacer reflexionar sobre una sociedad absurda y un mañana incierto. El cine determinó el éxito definitivo de Vangelis, gracias a la banda sonora de la película 'Carros de fuego' (1981), con la que ganó un Oscar.
Después, las bandas sonoras para 'Blade runner', de Ridley Scott, historia de replicantes animados por violentas pasiones de supervivencia, y para 'Desaparecido', de Costa-Gavras, que narra las desesperadas vivencias de un padre en busca de su hijo desaparecido en Chile, lo consagraron como uno de los grandes compositores de bandas sonoras. Merece ser mencionada la música compuesta para la película del director japonés Koreyoshi Kurahara, 'Antarctica', de 1983, cuyo gran éxito empujó a Polydor a publicar el álbum homónimo en 1988. Al año siguiente, Vangelis, sacudiéndose de encima su imagen comercial, publicó un álbum titulado 'The mask', para el cual contó con The English Symphony Chorus, enorme agrupación vocal, dirigida por Guy Prothero. ¿Es la máscara del título el símbolo de un camuflaje real? ¿Cuál es verdadero Vangelis? ¿El músico de anuncios publicitarios y de sintonías televisivas o un investigador musical inspirado en un cierto neotradicionalismo? Probablemente sea tanto una cosa como la otra.
Y no serán suficientes nuevas experiencias teatrales, coreográficas o de cine, para encerrarlo en una realidad cultural que no le pertenece. La rareza de un clima aburrido o la cada vez más extendida ola de influencias musicales pasajeras, o bien la imposibilidad para expresarse en su idioma mediterráneo lo han empujado a volver a la tierra de la que partió siendo un adolescente. Con el pretexto de ofrecer dos conciertos en Atenas, a favor de la creación de un fondo para la conservación de la Acrópolis, en el verano de 1987 Vangelis regresó a Grecia. Desde ese momento dio paso a un lento proceso de reapropiación cultural y filosófica que inspiró una serie de composiciones, de las cuales 'Direct' (Arista-BMG, 1988) representó el preámbulo. Delicadeza y violencia, ritmos fáciles y latidos más sutiles, clamores y reflexiones, espera y certeza se alternan en una sucesión cautivadora. El uso de los instrumentos se enriquece con simulaciones auditivas más complejas: un nuevo planeta creativo por el que Vangelis ha decidido conducir su búsqueda, y que se plasma en la banda sonora de la película 'Francesco', de Liliana Cavani, estrenada én 1989.